Waziristán: Larga marcha hacia la modernidad
Entre histéricas y cómicas fueron las reacciones de la élite política durante la reciente y caricaturesca marcha de protesta hacia Waziristán. La protesta se inició (y terminó abruptamente a mitad de camino) por el político populista de derecha y ex capitán del equipo de cricket de Pakistán, Imran Khan. El partido Jamaat a Islami y, otros grupos religiosos que apoyaron la marcha, están tratando de crear una fuerza política de extrema derecha a instancias de los grupos parlamentarios. [Nota del editor: la marcha pretendía protestar contra las incursiones aéreas de aviones espía norteamericanos en esta región fronteriza con Afganistán].
Imagen del autor del artículo: Lal Khan
Los mulás y políticos burgueses liberales actúan según sus propios intereses. Jugando al intercambio de insultos y acusaciones, encubriendo los problemas reales de las masas oprimidas, es un negocio como de costumbre para la política de la decadencia ideológica e intelectual inmersa en la espuma de la corrupción. Los insultos y las crudas acusaciones contra la marcha de Imran Khan responden más a los celos y al temor de perder terreno político frente a él. Para Imran es un éxito rotundo que más de un centenar de canales sacara a la luz la difícil situación de los habitantes de las zonas tribales en los medios de comunicación internacionales.
¿Se estaba apelando a la «Comunidad Internacional», a la ONU o al imperialismo norteamericano, autores de estos ataques aéreos? ¿Acaso no saben acerca de la devastación y derramamiento de sangre causados por los misiles Hellfire que disparan estos depredadores? El imperialismo norteamericano opera más de 10.000 aviones drones con un presupuesto anual de 5.000 millones de dólares convirtiéndose en el instrumento preferido de destrucción por control remoto y a una distancia segura en Nevada. Lo cierto es que se sacan beneficios, el mercado de drones ya está valorado en casi 6000 millones de dólares y se espera que se duplique en 10 años. Como revela Chris Hedges en su libro, War is a force that gives us meaning (“La guerra es una fuerza que nos da sentido”), alrededor de 62 millones de civiles perecieron en las guerras del siglo XX. El complejo industrial militar y los imperios de los medios de comunicación, han sido los mayores beneficiarios de los 4,4 trillones de dólares gastados en las guerras en Irak y Afganistán. La industria de guerra imperialista necesita estos conflictos y derramamientos de sangre para sus gigantescas tasas de ganancias.
Imran Khan dijo que la larga marcha se canceló, «no porque el ejército nos detuviera sino porque eso nos hizo conscientes de los peligros de entrar en Waziristán». ¿Es tan ingenuo que no pudo anticipar los «peligros» en la región antes de anunciar y embarcarse en la larga marcha a Waziristán? ¿O estuvo el ejército orquestando este episodio en su propio choque de intereses y negociando con sus jefes imperialistas? La barbarie de los ataques terroristas, asesinatos y mutilaciones de miles de personas inocentes por los talibanes, cuyo intento más reciente de asesinato brutal ha sido el de la niña de 14 años, Malala Yousafzai, pone al descubierto descaradamente la naturaleza bestial de estos fanáticos islámistas. Un análisis somero de los últimos años demuestra cómo el aparato de seguridad de Pakistán propició el chauvinismo nacional y los prejuicios religiosos. Pero una y otra vez abandonaron su sagrado y querido nacionalismo frente a un puñado de dólares.
El pueblo oprimido de Waziristán está sufriendo quizás la peor forma de desarrollo desigual y combinado. El teléfono satélite llegó aquí antes que la instalación de las líneas de tierra. Llegaron los aviones pero el pueblo no ha probado aún el tren o el transporte por carretera decente. Las armas más avanzadas como los drones fueron usadas en uno de nuestros territorios más primitivos. La televisión por cable llegó a estas sociedades tribales antes que cualquier sistema de canalización de agua. El narcotráfico creó una economía mafiosa antes que la llegada de la empresa industrial relativamente menos rentable. Los más avanzados artilugios han roto en este páramo la cultura medieval y tradiciones de la región. El tejido social obsoleto en el que las estructuras y las relaciones tribales se basaban ha sido desgarrado por este patrón irregular de incursión tecnológica y económica. El dinero negro ha profundizado las relaciones socioeconómicas del pasado. Las lealtades tribales, el honor, etc…, se han convertido en mercancías a la venta. La modernización imperialista y capitalista no ha podido sacar a la región de su atraso medieval. Más bien ha pervertido y enrevesado esta configuración social y económica medieval. Ahora, ese primitivismo ha respondido violentamente contra esta modernidad debilitada, parasitaria e ignorante a modo de venganza.
El capitalismo es demasiado débil e impotente para desarrollar esta región. No puede proporcionar una infraestructura moderna, educación, sanidad ni modernización. Los señores de la guerra, principalmente los mulás, exhibiendo piedad pero gratificados en crímenes atroces, son obscenamente ricos y su riqueza florece en grandes palacios . De una manera cruel, explotan a los jóvenes desfavorecidos como carne de cañón para sus guerras mercenarias. Sus alianzas cambiantes se alquilan más que se compran por los imperialistas y otras entidades estatales. Las masas empobrecidas no sólo sufren privaciones extremas y una vida de miseria, sino que son víctimas en este gran juego del fuego cruzado de los jugadores imperialistas desde hace generaciones.
Si bien los patrones socioeconómicos de desarrollo se basan en el desarrollo desigual y combinado extremo, una nueva generación ha crecido también fuera de este fenómeno. A pesar de estar en un lugar arduo, han desarrollado una percepción del mundo y algunos de los más brillantes estudiantes han demostrado su talento en diversos campos. Están conscientes del hecho de que los imperialistas y los fundamentalistas representan el mismo sistema económico y social de la avaricia y la lujuria, es decir, el capitalismo.
Esto se reveló en Waziristán en las elecciones de 2008 cuando el camarada Ali Wazir se presentó como candidato a la elección de la Asamblea Nacional (NA-42) de Wana, circunscripción de Waziristán. Se opuso al ala derecha de los mulás con un programa que abordaba los problemas reales que enfrentan las masas de la zona. Ali se opuso vehementemente a la agresión imperialista y al terrorismo religioso. Admitió que era comunista y lanzó una vigorosa campaña. El resultado de esta elección fue discutido y retenido durante mucho tiempo. Incluso los votos oficialmente anunciados de Ali Wazir fueron suficientes para ganar en relación con los votos de las zonas tribales. En última instancia, el poder judicial prefirió a un mullah. Este aspecto ocultado por los medios de comunicación podría sorprender a muchos, pero la campaña basada en un programa socialista y revolucionario, y la tremenda respuesta que recibió especialmente de la juventud de Waziristán, añade una nueva dimensión a las perspectivas de la región. En las próximas elecciones e inminentes acontecimientos, le será difícil a los grandes medios de comunicación enmascarar el impacto de esta creciente tendencia. Vincular esta lucha de los oprimidos a la lucha de clases en Pakistán y Afganistán puede conectar con el movimiento para romper los grilletes de este sistema de codicia y represión. La juventud se está mostrando reacia a esta guerra y explotación. Están buscando el camino para salir de esta pesadilla. Finalmente y, por fin, están empezando a descubrirlo.
Puedes enviarnos tus comentarios y opiniones sobre este u otro artículo a: [email protected]
Para conocer más de la OCR, entra en este enlace
Si puedes hacer una donación para ayudarnos a mantener nuestra actividad pulsa aquí