Grecia: ira en las calles – ¡A preparar la huelga general política!
Los funcionarios del Fondo Monetario Internacional, la Unión Europea y el Banco Central Europeo están en Atenas comprobando el progreso económico de Grecia. Tienen que aprobar un tramo de ayuda de 12.000 millones de euros –el quinto en el marco del actual plan de rescate– y, posiblemente, una nueva financiación que el país necesita para evitar el incumplimiento de pagos. A cambio, la UE quiere que Atenas imponga aún más austeridad y reformas, incluidas las privatizaciones. Esto equivale al saqueo sistemático de Grecia por los capitalistas extranjeros.
El rescate de 110.000 millones de euros parcheado por la Unión Europea y el FMI el año pasado vino con condiciones. Ahora se está presentando la factura al pueblo de Grecia. Bajo los términos del rescate, Grecia se suponía que debía ir a los mercados financieros a pedir prestados 24.000 millones de euros en 2012. Sin embargo, como Grecia no ha logrado cumplir con sus objetivos de reducción del déficit, las posibilidades de que pueda pedir dinero prestado comercialmente el próximo año, como estaba previsto, son insignificantes.
Grecia debería recibir un pago de 12.000 millones de euros (17.000 millones de dólares americanos; 10.000 millones de libras) el 29 de junio, de los cuales 3.300 millones de euros deben provenir del FMI. Este es el quinto tramo del paquete de préstamo de 110.000 millones de euros de la UE y el FMI y no ha recibido aún la aprobación final. Jean-Claude Juncker, el primer ministro de Luxemburgo, advirtió que las reglas del FMI podrían impedir el pago porque Grecia no puede garantizar su solvencia para el próximo año. El FMI estaba asumiendo que si Grecia decidiera que no puede realizar el pago, la UE intervendría y pagaría en su lugar. Pero esto es suponer mucho. En países como Alemania, Finlandia y Holanda, la oposición está creciendo y no está claro que se cumpliera con los pagos.
Un portavoz de Juncker dijo más tarde que si los inspectores de la UE y deel FMI que se encuentran en la actualidad en Atenas pudieran ser convencidos por las nuevas medidas de austeridad griegas, no habría ningún problema con el siguiente tramo de préstamos. Por lo tanto, se está poniendo presión despiadada sobre Grecia para llevar a cabo nuevos recortes y privatizaciones. Una portavoz del FMI confirmó que el Fondo no podría prestar más dinero a Grecia si éste no estuviera seguro de que el déficit financiero del próximo se resolvería. «Nunca prestamos cuando no tenemos la garantía de que no habrá déficit», dijo Caroline Atkinson en una conferencia en Washington. «Así es como mantenemos la seguridad del dinero de nuestros miembros».
Por lo tanto, el primer ministro griego, George Papandreou, se encuentra entre la espada y la pared. El gabinete griego se reunió el lunes para discutir doblar los recortes presupuestarios de este año a 6.000 millones de euros, incluyendo recortes salariales del sector público, despidos de funcionarios civiles y un aumento en el impuesto al valor añadido (IVA). El gobierno se ha dirigido a los líderes de la oposición con miras a llegar al plan de austeridad de cuatro años entre todos los partidos exigido por Bruselas. Pero los partidos de oposición no están ansiosos de compartir la responsabilidad de nuevos recortes.
El líder de la derecha, Samaras, se negó a apoyar el plan. Y la oposición de la izquierda fue aún más enfática. «No he venido para discutir el saqueo de la sociedad griega con el Sr. Papandreou,» dijo Alexis Tsipras, líder de la Coalición de Izquierda Syriza. «Vine a decirle que no debe… seguir adelante con este crimen contra el pueblo griego».
El gobierno del PASOK se verá obligado a hacer el trabajo sucio en solitario. Inició un programa de privatizaciones el pasado jueves. Ha dicho que comenzará a vender participaciones en varias empresas de producción nacional «inmediatamente» con el fin de recaudar dinero para ayudar a reducir sus deudas masivas. Estas incluyen participaciones en la empresa de telecomunicaciones OTE, el Postbank de propiedad estatal y los puertos de Atenas y Salónica. Pero el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, no se deja impresionar. Dice que el plan de privatización debe ser «más ambicioso».
En una entrevista con el diario Aachener Zeitung, el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, presentó el mismo mensaje: «Grecia tiene que aplicar el programa plenamente y rigurosamente, lo que es muy importante para corregir los errores del pasado». Esta arrogancia ha provocado un sentimiento de furia en Grecia, que ha encontrado su expresión en las calles.
Protestas masivas
El fin de semana pasado, el pueblo de Grecia dio su respuesta a este chantaje. Hubo la mayor manifestación desde el inicio del movimiento y la mayor desde el inicio de la crisis de la deuda griega en Europa, con 150.000 a 200.000 personas en Atenas y en muchas otras grandes ciudades griegas. Decenas de miles de griegos expresaron su enojo con las clases políticas del país en Atenas el domingo, realizando la protesta más grande en una semana mientras el gobierno busca apoyo para implementar aún más austeridad.
Un ambiente de abatimiento y desesperación se está transformando en un nuevo e intrépido espíritu que está dispuesto a desafiar el status quo. Miles de griegos –jóvenes y viejos, casados y solteros, empleados y desempleados– han inundado la plaza Sintagma, en una ola de protestas. Los griegos están enojados. Están enojados con los políticos que nunca son castigados por la corrupción, con los banqueros que causan una crisis y son recompensados con miles de millones de fondos públicos, con los burócratas europeos anónimos que toman decisiones que les imponen planes de austeridad desde las oficinas distantes en Bruselas. En resumen, están enojados con todo el sistema económico y político.
Las manifestaciones en la Plaza Sintagma se inspiraron en manifestaciones similares en España. A ellos se unieron en la noche del domingo un grupo de españoles que había venido para mostrar su solidaridad, levantando pancartas en español. “Decimos abiertamente que nos hemos inspirado por los manifestantes en España», dijo Simos Adamopoulos, uno de los organizadores: «Nuestro lema es ‘la batalla que nunca se libra, nunca se gana’. Nos quedaremos aquí y en las plazas de todo el país durante el tiempo que sea necesario».
Las multitudes pacíficas se componían de gente común; algunos trajeron con ellos a sus hijos.
El movimiento de masas está extraído de las más amplias capas de la población: trabajadores y jóvenes, desempleados y clase media, activistas políticos y gente no organizada y sin experiencia. Principalmente se trata de gente fuera del movimiento obrero, sin ninguna experiencia de lucha de clases. El núcleo del movimiento se compone de los desempleados, muchos de ellos jóvenes que tienen títulos académicos, pero no puede encontrar trabajo.
Algunos de ellos llevaban la bandera griega en las manos. Esto se ha interpretado en algunos círculos de «izquierda» como una señal de nacionalismo reaccionario. Que haya algunos elementos reaccionarios mezclados en la protesta no es de extrañar en un movimiento de tales dimensiones. Pero sería totalmente erróneo llegar a la conclusión de que el mero hecho de llevar una bandera griega es sinónimo de reacción. El espectáculo repulsivo de los bandidos en Bruselas chantajeando a toda la nación griega, usurpando los derechos democráticos del pueblo griego a decidir su propio destino es un insulto injustificado a un pueblo orgulloso, que expresa su indignación exhibiendo su bandera nacional. Pero más allá de su odio de Bruselas, esta es, sobre todo, una protesta contra los banqueros, los ricos y los parásitos de todas las naciones, Grecia incluida.
La enorme multitud llenó la plaza de Sintagma frente al Parlamento griego, abucheando, silbando y gritando «¡ladrones! ¡ladrones!», al tiempo que señalaban al edificio del parlamento. «Ya estamos hartos. Los políticos nos están tomando el pelo. Si las cosas siguen como están, nuestro futuro será muy sombrío», dijo un estudiante de 22 años de edad, quien se identificó a Reuters como Nikos. «Queremos nuestra vida, queremos nuestra felicidad, queremos nuestra dignidad», declaraba una pancarta. «Fuera ladrones y fuera el FMI». Estos puntos de vista representan un cambio radical en la psicología de las masas en Grecia.
Sin embargo, las protestas espontáneas tienen límites. Es evidente que el mero hecho de acampar en la plaza Sintagma no va a resolver nada. En España las protestas en las plazas públicas tuvieron un impacto, pero ya están disminuyendo. Naturalmente, si no tienen otra perspectiva, tal táctica no conduce a nada, aunque protestas espontáneas similares volverán a surgir de forma continua. La revista The Economist señala:
«Con las elecciones municipales terminadas, las protestas probablemente desvanecerán por un tiempo. Pero el señor Rajoy [líder del Partido Conservador en España] no debería de hacerse ilusiones. A menos que él de a conocer planes radicales para mejorar la suerte de los jóvenes españoles, estos regresarán».
El impago es inevitable
La Unión Europea ha dejado caer la promesa de una reestructuración «suave», pero solo si el gobierno acepta llevar a cabo las políticas que se le exige. Tal reestructuración significaría un aplazamiento de los pagos de la deuda y un recorte de intereses, como concesión a los prestamistas del país. Pero a cambio se exige llevar a cabo un programa de recortes draconianos, así como el saqueo completo de los recursos del país mediante privatizaciones.
Juncker hace énfasis en que cualquier reestructuración –y cualquier otro préstamo de rescate– solo serían posibles si Grecia llevase a cabo privatizaciones y dolorosas medidas de austeridad. Sin embargo, nada de esto es posible. Grecia nunca será capaz de liquidar sus deudas. Al final, Grecia entrará en bancarrota. Mientras tanto, ante esta perspectiva, el precio de los préstamos a Grecia ha continuado subiendo de forma sistemática.
El rendimiento de los préstamos a 10 años a Grecia aumentó otro medio punto porcentual del 15.3% de hace una semana a 16.8% el Lunes. El peso de la deuda crece inexorablemente. Los griegos se enfrentan a aproximadamente 60.000 millones de € de deuda vencida en 2012 y 2013. Todo apunta a que la bancarrota es inevitable. La única pregunta es cuándo.
La Unión Europea, temiendo las consecuencias del impago, podría poner un parche en forma de nuevas condiciones que pospondrían el temido día. Sin embargo, esto encontraría una creciente corriente de oposición en los países del norte de Europa. En cualquier caso, simplemente se pospondría lo inevitable. La decisión final no será tomada ni en Atenas ni en Bruselas, sino en los mercados financieros internacionales.
Una bancarrota griega causaría enormes problemas para los bancos europeos, los cuales tendrían que aceptar miles de millones de pérdidas en sus balances de cuentas. El BCE ha advertido que una reestructuración de la deuda, aunque sea ligera, podría causar el colapso del sistema bancario griego y pánico financiero en la periferia endeudada de Europa. En su declaración, la agencia de evaluación de crédito Moody’s ha dicho:
«Es obvio que cuanto más persista el actual estado de inseguridad que afecta a Grecia, mayor será la tentación de las autoridades griegas y de la eurozona de intentar alguna forma de reestructuración de la deuda, en otras palabras, de permitir la quiebra de Grecia.
«Moody’s cree que una bancarrota probablemente tendría implicaciones adversas para la valoración del crédito griego, también posiblemente para algunos otros países europeos bajo presión y para los bancos griegos, a pesar de los esfuerzos hechos para alcanzar un resultado ‘ordenado’.
«El impacto total en los mercados financieros europeos sería difícil de predecir y más difícil todavía de controlar. La caída tendría implicaciones para el valor de los préstamos (y, por tanto, para su valoración) de toda Europa».
Es posible que en ese momento Grecia sea forzada a abandonar la eurozona. Esto a su vez provocaría una crisis del propio euro. Moody’s ha advertido que cualquier quiebra de la deuda griega dañaría la valoración del crédito de otros países periféricos de la eurozona. Ya otros países están viendo aumentar los costes de los préstamos, a medida que los mercados están preocupados porque la quiebra griega podría desencadenar una quiebra de toda Europa.
Salir de la eurozona no solucionaría los problemas de Grecia sino que los exacerbaría. La reintroducción del dracma no solucionaría nada. Puesto que el único propósito de tal acción sería devaluar el dracma para ganar competitividad para las exportaciones griegas, los mercados financieros internacionales no estarían ansiosos de adquirir la nueva moneda. Habría una aguda espiral descendente, un crecimiento de la inflación, un colapso de la inversión y un aumento del desempleo. Acontecimientos revolucionarios estarían en el orden del día.
Lo que vemos en Grecia hoy es lo que vimos en Túnez y Egipto unos pocos meses atrás. Las imágenes de los manifestantes en la Plaza Sintagma son todavía confusas: el movimiento está todavía en sus etapas formativas. Pero su motivación es suficientemente clara y es firme e inquebrantable. Quizá no saben exactamente lo que quieren, pero saben exactamente lo que no quieren. Y este es un punto de partida excelente. «Sin embargo», dice Adamopoulos, «nosotros también estamos realmente disgustados con el sistema, con la clase política, con todos esos sinvergüenzas y ladrones. Mientras que nosotros nos hemos empobrecido ellos se han enriquecido y lo que puedan decir nos espoleará».
Huelga general política
Las manifestaciones en Sintagma y otras plazas de otras ciudades son una expresión del amplio descontento con los partidos políticos existentes –incluyendo los partidos de la izquierda– y los sindicatos. Vemos exactamente el mismo fenómeno que en España. Sin embargo, esta actitud no necesariamente significa que la población es apolítica o anarquista. Revela un profundo descontento con los lejanos y altivos aparatos burocráticos que hace mucho han dejado de representar las ideas y aspiraciones de las masas.
Los líderes sindicales han venido protestando contra el programa de austeridad del gobierno con una serie de huelgas generales de un día y manifestaciones. Sin embargo, una huelga general de un día es solo una demostración, una muestra de fuerza. Saca a las masas a las calles y les permite tomar sentido de su propio poder colectivo. Esto es extremadamente importante, pero por sí mismo no es suficiente.
Bajo ciertas condiciones puede presionar al gobierno para cambiar el curso. Sin embargo, la crisis del capitalismo griego es de tal profundidad que tales manifestaciones tienen poco o ningún efecto. El gobierno puede permitirse esperar a que las manifestaciones terminen y continuar entonces con sus planes. Peor aún, los líderes sindicales pueden usar tales huelgas como una válvula de seguridad para permitir a los trabajadores soltar vapor y firmar entonces un acuerdo con el gobierno.
El llamamiento de huelgas generales de un día está sujeto a la ley de los rendimientos decrecientes. La repetición constante de huelgas generales de un día y manifestaciones que no consiguen nada puede desmoralizar a los trabajadores y cansarlos, generando un sentimiento de apatía: «Hemos hecho todo para hacer cambiar de rumbo al gobierno, pero no ha servido para nada». Los trabajadores empezarán a mirar a las huelgas generales de un día y a las manifestaciones como una pérdida de tiempo y dejarán de responder a la llamada. El gobierno y los empresarios entonces irán a la ofensiva.
En el contexto griego, la reivindicación de una huelga general política indefinida es correcta. La situación ha ido mucho más allá de las huelgas generales de un día. Los trabajadores griegos ya han participado en muchas de estas huelgas, pero en la situación dada, tales huelgas no pueden conseguir ningún resultado substancial.
La asamblea popular de unas 2.000-3.000 personas en la Plaza Sintagma ha aprobado el llamamiento de una huelga general política. En la actual situación esto solo puede significar una huelga general indefinida. Este es el texto de una resolución dejando claros los ánimos del movimiento aprobada por la asamblea:
RESOLUCIÓN DE LA ASAMBLEA POPULAR EN LA PLAZA CONSTITUCIÓN
Durante mucho tiempo las decisiones que nos conciernen han sido tomadas sin nosotros.
Nosotros somos trabajadores, desempleados, pensionistas, jóvenes y venimos a la Plaza Constitución a luchar por nuestras vidas y nuestro futuro.
Nosotros estamos aquí porque sabemos que cualquier solución a nuestros problemas solo puede venir de nosotros.
Hacemos un llamamiento a los atenienses, trabajadores, desempleados, jóvenes en la Plaza Constitución, y al conjunto de la sociedad para llenar cada plaza y tomar sus vidas en sus propias manos.
Aquí, en las plazas, nosotros estaremos dando forma a todas nuestras peticiones y demandas.
Urgimos a todos los trabajadores que están en huelga a venir en los próximos días y permanecer en la plaza Constitución.
No abandonaremos las plazas hasta que ellos se vayan; gobiernos, dirigentes UE/FMI, bancos y todos los que nos explotan. Les enviamos un mensaje; esta deuda no es nuestra.
¡DEMOCRACIA DIRECTA AHORA!
¡IGUALDAD, JUSTICIA, DIGNIDAD!
¡La única lucha que se pierda es la que nunca se lleva a cabo!
¡Comités de acción por todas partes!
Es necesario elevar el movimiento de protesta a un nivel superior. El hecho de que la asamblea popular votara por una huelga general política refleja la radicalización general del movimiento. Muestra que los trabajadores y la juventud están sacando lecciones de su propia experiencia, están pensando, aprendiendo y su madurez y conciencia se están desarrollando a pasos agigantados. El pueblo se ha dado cuenta de que la crisis es tan profunda que son necesarias medidas más drásticas.
Los marxistas griegos de Marxistiki Foni han hecho un llamado a una huelga inmediata de 48 horas como un paso adelante hacia una huelga general indefinida. Sin embargo una huelga general indefinida debe ser organizada. No puede ser improvisada o acordada en Facebook. Para prepararse para una huelga general es necesario ir a las fábricas y lugares de trabajo, organizar asambleas de trabajadores para discutir la acción y elegir comités de trabajadores que respondan ante la asamblea y sujetos a revocación en todo momento.
Hay que poner presión sobre los sindicatos para movilizar toda la fuerza del movimiento obrero griego. El tiempo de hablar se ha terminado. ¡Solo la movilización masiva a través de Grecia puede salvar la situación! Los trabajadores en algunas industrias amenazadas con la privatización ya han realizado marchas. Esto es lo que hay que hacer, aunque no es suficiente. El movimiento huelguístico debe ser generalizado. ¡Los sindicatos deben llamar a una huelga general de 48 horas inmediatamente! ¡Si el gobierno se niega a retroceder hay que poner fecha a una huelga general indefinida!
Sin embargo, debemos ser claros. Mientras que una huelga general de un día es solo una manifestación, una huelga indefinida plantea la cuestión del poder. Plantea la pregunta: ¿quién es el dueño de la casa, nosotros o vosotros? Sin embargo, ¿quién está preparado para tomar el poder?
La idea de asambleas populares se está extendiendo, como una expresión de la necesidad de proveer al movimiento de masas con una forma organizada. Muchas asambleas están estableciéndose en zonas obreras de Atenas. ¡Esta es la forma de proceder! El establecimiento de comités populares debería conducir al establecimiento de comités de acción amplios basados en los trabajadores, arrendatarios de viviendas, mujeres, jóvenes, estudiantes, desempleados y pequeños comerciantes y campesinos.
Tal movimiento desde abajo tiene el potencial de revertir el orden existente, pero solo con una condición: tiene que ser dirigido por elementos genuinamente revolucionarios. Aquí la confusión del movimiento espontáneo puede jugar un papel muy negativo. Aquellos que creen que es posible reformar el orden social existente intentarán limitar el alcance de las asambleas a lugares de discusión reformista, donde nada se decide nunca.
Para desarrollar los comités de acción en toda su extensión, deben coordinarse, primero localmente, luego regional y nacionalmente. Debería quedar claro el objetivo de los comités es prepararse para la acción de masas que culmine un una huelga general de toda Grecia. Una conferencia nacional de delegados debería tener lugar lo más pronto posible para prepararse para la acción en todo el país. Tal organismo sería mucho más representativo del pueblo que el actual desacreditado gobierno.
Ya una capa de manifestantes está sacando conclusiones políticas correctas. Están proponiendo demandas correctas tales como «unámonos para combatir el desempleo» (deberíamos añadir: sin pérdida de salario), y «confiscación de propiedades vacías y no vendidas» para dar casa al pueblo. Estas son demandas excelentes las cuales deberían ser concretadas y generalizadas para incluir la expropiación de los bancos y las principales industrias bajo control de los trabajadores.
Como demanda inmediata para unificar el movimiento y conectar con las capas más amplias demandamos el repudio a pagar la deuda externa. ¡Ni un solo euro a los parásitos y usureros internacionales! Sin embargo esta demanda lleva lógicamente a la demanda de la expropiación de los bancos griegos y la centralización de todo el crédito en las manos del Estado.
Ninguno de los problemas de Grecia puede solucionarse mientras la dictadura de los banqueros y capitalistas permanezca intacta. Antonis Papaioannou, un estudiante de 20 años de Ingeniería Mecánica de Atenas, dice que las medidas de austeridad han golpeado a la educación. En el pasado año, los recortes en inversión han llevado a cortes de energía en su facultad, marchas de profesores que no han recibido su salario e, incluso, cortes de papel para las impresoras de los ordenadores de los estudiantes.
«Estoy indignado porque todo lo que veo desde el gobierno y la troika es que intentan exprimir al pueblo griego sin gastar dinero alguno en educación», dijo. «El gobierno griego representa al gran capital, no al pueblo griego».
Esta es la esencia del problema. La única vía de solucionar la crisis es el derrocamiento revolucionario del gran capital, en Grecia y en todo el mundo. Los movimientos en España y Grecia muestran que un movimiento poderoso se está desarrollando en muchos otros países. Una vez que este movimiento se arme con el necesario programa y perspectivas nada podrá pararlo.
Londres, 31 de Mayo de 2011
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