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La comunidad educativa contra los recortes

En más de 500 se formaron incluso comités de lucha para los siguientes días de huelga. Más de 2.100 institutos quedaron desiertos y en decenas de facultades los universitarios se empezaron a sumar a las movilizaciones. Los comités de lucha siguieron creciendo en torno a los 760 y se extendieron por todo el campus. Las manifestaciones fueron masivas en algunas ciudades como Barcelona, que podrían haber llegado fácilmente a los 30.000 manifestantes.

La movilización crece

El día 18 lo más llamativo fue que pudimos contemplar, por primera vez, cómo los padres, como forma de protesta, no llevaban a sus hijos a los centros de educativos. De esta forma, se sumaban a la huelga estudiantil contra los recortes educativos del ejecutivo popular, dejando cientos de aulas de primaria prácticamente desiertas. La CEAPA (Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos) estima que el dia 18 la participación de las familias en la huelga (en todos los niveles educativos) fue superior al 80% y esto se reflejó en las movilizaciones, que fueron importantes. En Madrid salieron a la calle unas 150.000 personas pidiendo la dimisión del ministro de educación (Wert).

Movilizaciones de los sindicatos de estudiantes independentistas y de Estudiantes en Movimiento.

Los sindicatos de estudiantes independentistas convocaron huelga para el 11 de Octubre en regiones como Euskadi, Cataluña o Baleares y tuvieron un relativo éxito ya que, por ejemplo en Baleares, aunque no se consiguió extender la huelga a la universidad de manera importante, en la manifestación hubo unos 3000 estudiantes, mayoritariamente de secundaria. El seguimiento en este sector educativo fue similar en ciudades como Barcelona e incluso en comunidades autónomas enteras, como es el caso de Euskadi

Al mismo tiempo, la confederación de asociaciones universitarias con más presencia en todo el Estado, Estudiantes en Movimiento (EM), había convocado sus principales actos de protesta para el día 18, cuando se registraron manifestaciones unitarias con el SE y la CEAPA en la mayor parte de las ciudades, bien por la mañana o por la tarde. En algunas ciudades, EM habían organizado encierros o concentraciones coincidiendo con la movilización lanzada por las organizaciones nacionalistas. En ciudades donde el SE tiene poca presencia y hay una fuerte tradición de organización estudiantil universitaria, como en Granada, la movilización universitaria de primera hora de la mañana del jueves 18 colapsó el centro.

En Galicia fue muy significativo, y a ello no es ajeno el ambiente de unidad que se ha creado en torno a IU y el partido del nacionalista Beiras. Las organizaciones nacionalistas confluyeron en las manifestaciones unitariamente con el SE, como por ejemplo en la ciudad de Vigo, dando lugar a una manifestación estudiantil como no se recuerda desde hace años.

En la universidad, donde el SE es mucho menos fuerte que en enseñanzas medias, se registró cierto desconcierto en algunas ciudades sobre qué movilización apoyar o no, donde se evidenciaba que, desgraciadamente, no se había forjado previamente una unidad de todas las organizaciones estudiantiles de izquierda armoniosa, tendente a planificar el esfuerzo de la convocatoria.

A pesar de ello, podemos decir que esta es la movilización estudiantil (y de toda la comunidad educativa) más importante desde las que hubo contra la guerra del golfo del 2003. Si bien, tanto entonces, como en la LOU, o durante la anterior década ha habido una decena de movilizaciones más masivas, la presente movilización supone un animoso paso adelante de la juventud estudiantil, que puede llegar a desarrollarse aún más.

Unidad de la lucha estudiantil y mayor organización.

Es primordial que los estudiantes se organicen de forma unitaria y no dispersa, ya que la división de fuerzas solo desgasta el movimiento estudiantil, mientras que la unión da una gran fuerza al movimiento. Por eso tanto SE como EM deberían llegar a un acuerdo en las convocatorias de las movilizaciones y empezar a plantear movilizaciones conjuntas en la semana previa a la huelga general del 14-N, tal como ha salido aprobado en algunas facultades madrileñas. Asimismo, hay que destacar que EM sí ha hecho un llamado a la unidad de toda la comunidad educativa, convocando una reunión en Barcelona para los días 23, 24 y 25 de noviembre. Sin lugar a dudas, esto es positivo para el movimiento, pero hay que acelerar los pasos para la unidad empezando por la propia convocatoria del 14-N.

Los estudiantes necesitamos, por medio de asambleas democráticas, organizar comités de huelga revocables ante la asamblea para, de esta forma, agilizar la lucha y extenderla por todo el ámbito estudiantil. El papel de los sindicatos de estudiantes es el de organizar las asambleas desde la base, y así no empezar desde cero. Estos comités, elegidos por las asambleas, deberían participar de este llamamiento de EM y, de esta forma, lograr una unidad más real y democrática.

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